La historia de éxito de la escuela Kamurasi

Los dispositivos de asistencia mejoran el aprendizaje de las niñas y los niños con discapacidad en Uganda

La historia de éxito de la escuela Kamurasi
 Una cuadra en la escuela pública de Kamurasi
UNICEF/2019/De Barbeyrac
14 Mayo 2020

A media mañana, en un día de sol, el patio de la escuela primaria Kamurasi se ve de un verde inmaculado. El gran árbol de mango que domina el predio está lleno de flores —indicio de una gran cosecha en los próximos meses—. Es temporada de lluvias. Un sector de aulas en forma de L da la bienvenida a los visitantes.

Lillian Byakagaba, Directora de la escuela Kamurasi.
UNICEF/2019/De Barbeyrac
Lillian Byakagaba, Directora de la escuela Kamurasi.

Las ventanas de una de las aulas están cubiertas con bolsas grises arrugadas, cortadas para improvisar unas cortinas. La persona responsable de la dirección de la escuela nos invita a entrar al aula, que tiene un cartel que dice “Cuarto grado - Grullas[PG2] ”. Es una sala con luz tenue. Una docente nos señala las sillas de madera vacías al fondo. Para llegar, debemos inclinarnos y evitar algunas de las botellas de agua mineral usadas y vacías, unidas entre sí como parte de los apoyos para el aprendizaje. Todo el alumnado se para y nos saluda al unísono.

Los bancos estaban agrupados en pares para que el alumnado esté enfrentado y se cree un ambiente de sala de reuniones. Seis estudiantes ocupan cada par de bancos, en promedio. Dos estudiantes con un tipo particular de hojas de papel y lo que parecen ser soportes de escritorio ocupan una de las mesas al frente. Parte de la pizarra está cubierta con casi cuatro hojas de papel blanco de tamaño aproximadamente A1. En medio de la clase hay una caja negra de plástico abierta a 90 grados. Un pequeño ordenador portátil es uno de los dispositivos en esta caja situada en una tarima alta de madera.

A medida que avanza la clase, otra maestra pulsa un botón en el ordenador que envía un rayo de luz sobre pedazos blancos de papel pegados en la pizarra. Es un proyector —lo último que uno esperaría encontrarse en un aula sin terminar en Masindi, en la región centro occidental de Uganda.

Henry Ahaisibwe, alumno del cuarto grado de la escuela Kamurasi, responde a la pregunta con lengua de señas.
UNICEF/2019/De Barbeyrac
Henry Ahaisibwe, alumno del cuarto grado de la escuela Kamurasi, responde a la pregunta con lengua de señas.

Una docente de lengua de señas reproduce en su totalidad un video de una lección sobre qué es una biblioteca escolar. Al finalizar el video, una docente entrega un dispositivo de asistencia del tamaño de un teléfono móvil a una alumna identificada como Monica. Se presiona un botón, ella escucha una lección sobre la biblioteca escolar y luego su docente le hace preguntas. Por cada respuesta correcta, toda la clase aplaude. Al finalizar, el resto del alumnado hace un sonido sibilante similar al que se oye cuando se abre una bebida carbonatada. Monica imita a una persona bebiendo gaseosa directamente de la botella y todos se animan. Es su premio por responder correctamente las preguntas.

Monica y otro alumno, Henry, son ciegos. Por eso tienen frente a ellos estas hojas particulares de material en sistema braille sobre el banco. Si bien Monica empezó su educación primaria en Kamurasi, Henry llegó de otra escuela en un distrito vecino.

Monica escuchando el audiolibro.
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Monica escuchando el audiolibro.
Juliet Karungi, la docente que impartió la clase en el aula de cuarto grado, ayuda a Monica a acceder al audiolibro en el lector Victor.
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Juliet Karungi, la docente que impartió la clase en el aula de cuarto grado, ayuda a Monica a acceder al audiolibro en el lector Victor.

Kamurasi, llamada así por el tío paterno que crió a Omukama Kabalega —el famoso rey Bunyoro del siglo XIX—, es una de las 20 escuelas de Uganda donde UNICEF ejecutó el proyecto para proporcionar materiales de aprendizaje accesibles para niñas y niños con dificultades visuales y auditivas en escuelas primarias durante tres años. Se brindan dispositivos de asistencia para facilitar el aprendizaje de niñas y niños sordos o con problemas auditivos y niñas y niños ciegos o con baja visión. Entre estos dispositivos se encuentran dos ordenadores portátiles, un lector Victor (que es muy similar a un teléfono móvil y se usa para grabar las lecciones y acceder a audiolibros para que el alumnado pueda hacer sus revisiones) y una Mobistation (una maciza caja negra que incluye un proyector, un ordenador portátil y un altavoz). Se instaló una fuente de energía solar para cargar los ordenadores y dar iluminación. Monica nos explica más:

“Mejoré mucho desde que la llegada de estos dispositivos. Puedo escuchar las lecciones más tarde, mientras repaso el trabajo”.

Antes era más difícil porque no teníamos referencia de lo que no habíamos podido entender en la clase”, agrega Henry Ahaisibwe.

Juliet Karungi, la docente que impartió la clase en el aula de cuarto grado, sostiene que “los dispositivos de asistencia han mejorado el conocimiento del estudiantado. Ahora, Henry puede usar un ordenador para acceder a los contenidos de su plan de estudios y leer en sistema braille muy bien”.

Gerald Omeri, un estudiante sordo de 12 años de quinto grado con un problema auditivo, explica de qué modo los dispositivos fueron útiles para él.
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Gerald Omeri, un estudiante sordo de 12 años de quinto grado con un problema auditivo, explica de qué modo los dispositivos fueron útiles para él.

Gerald Omeri, un estudiante sordo de 12 años de quinto grado, afirma que la disponibilidad de dispositivos de asistencia implica que él pueda tener clases incluso cuando no hay quien interprete con lengua de señas. “Con un proyector puedo aprender mucho en la clase y usar el ordenador para repasar. Antes, esto era más difícil porque dependía mucho del Sr. Joseph Baguma, nuestro intérprete en lengua de señas”, agrega Omeri.

Sostiene que desde la introducción de los dispositivos de asistencia ha mejorado considerablemente. “Solía tener una calificación de entre un 4% y un 5% en promedio en casi todas las asignaturas. Durante el último período, mis notas subieron al 38% en Ciencias Sociales, al 29% en Inglés, al 34% en Matemática y al 33% en Ciencia. Dentro de dos años, cuando me presente a los próximos exámenes finales de primaria, voy a poder obtener mejores calificaciones”, señala, con una amplia sonrisa antes de hacer un pedido.

“¿Podrían darnos más dispositivos y ordenadores? Somos muchos y no nos alcanza con lo que tenemos”.

Los dispositivos de asistencia no solo permiten que el alumnado aprenda mejor, sino que también facilitan el trabajo del cuerpo docente. “Son muy útiles para la planificación de clases y para las demostraciones, también para estudiantes sin discapacidad. Por ejemplo, con un video, todos los alumnos entienden una clase sobre el sistema digestivo humano mejor que con simples palabras”, explica Amons Byamukama, el docente que operaba la Mobistation.

Amons Byamukama, el docente que brinda soporte tecnológico en la escuela primaria Kamurasi, asiste a Monica durante la clase.
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Amons Byamukama, el docente que brinda soporte tecnológico en la escuela primaria Kamurasi, asiste a Monica durante la clase.

El año pasado, dos estudiantes con discapacidad de Kamurasi tuvieron un mejor desempeño en los exámenes nacionales gracias a los dispositivos de asistencia. “Uno logró una calificación de 14 en total y otro, de 21; esto es muy notable. Su gran desempeño es el resultado directo de este proyecto. Ahora están en la escuela secundaria de Gulu. Estamos muy orgullosos de ellos”, señala Lillian Byakagaba, Directora de la escuela. Y concluye: “Ya estamos recibiendo a más estudiantes con discapacidad de la región, porque somos una escuela inclusiva”.

La visión de la escuela Kamurasi: promover una escuela inclusiva, que sea fuente de inspiración y desarrollo para que todas y todos los estudiantes tengan conocimientos y sean ciudadanos competentes e independientes.
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La visión de la escuela Kamurasi: promover una escuela inclusiva, que sea fuente de inspiración y desarrollo para que todas y todos los estudiantes tengan conocimientos y sean ciudadanos competentes e independientes.