La historia de éxito de la escuela secundaria de Gulu

En el norte de Uganda, el alumnado ciego o con baja visión tiene un desempeño sobresaliente.

By Denis Jjuuko
George Ntakimanye, un estudiante de 14 años con discapacidad visual en la escuela secundaria S.1 Gulu.
UNICEF/2019/De Barbeyrac
11 Mayo 2020

Cuando George Ntakimanye, estudiante ciego de 14 años que empezó a usar ordenadores en el primer año de la escuela secundaria en Gulu, en 2019, poco sabían sus docentes que iban a vivir una experiencia inaudita. George se había matriculado en la escuela primaria Kamurasi Demonstration Primary School de Masindi, donde empezó a labrarse una reputación de estudiante talentoso.

Sin embargo, sus docentes no sabían que él lideraría un cambio en el modo en que los estudiantes ciegos realizan los exámenes. Ntakimanye es ciego, pero aprendió sobre ordenadores más rápido que la mayoría de los estudiantes de su edad con su misma discapacidad. Lo habitual era que los estudiantes ciegos de la escuela secundaria de Gulu tardasen un año en dominar el uso de ordenadores y pudiesen realizar exámenes. Hacer exámenes en los ordenadores siempre fue una prerrogativa del alumnado desde el segundo año. Los estudiantes de primer año solían hacer exámenes orales.

Para los maestros y maestras fue una sorpresa cuando Ntakimanye les dijo que debería tener la oportunidad de hacer sus exámenes en el ordenador. “Sabíamos que era capaz, pero pensábamos que era mejor que esperara para utilizar el ordenador en sus exámenes. Siguió dándonos argumentos en favor de que se lo permitiésemos, hasta que estuvimos de acuerdo con él”, señaló Kenneth Samuel Owiny, responsable de la secretaría de exámenes del anexo para personas ciegas de la escuela secundaria de Gulu.

“Aprobó todos los exámenes con muy buenas calificaciones y se convirtió en el alumno con la mejor media de su clase en iniciativa empresarial. Somos una escuela inclusiva, por lo que él superó incluso al alumnado sin discapacidad”, añade Owiny, que también es ciego, con una amplia sonrisa. “Estamos muy orgullosos, no solo de George, sino también de Jane”, afirmó.

Jane Drichiru, estudiante de 13 años con baja visión del primer año superior de la escuela secundaria de Gulu habla con su antiguo maestro de la escuela primaria Kamurasi.
UNICEF/2019/De Barbeyrac
Jane Drichiru, estudiante de 13 años con baja visión del primer año superior de la escuela secundaria de Gulu habla con su antiguo maestro de la escuela primaria Kamurasi.

Jane Drichiru, al igual que Ntakimanye, era alumna de la escuela primaria Kamurasi Demonstration, en el distrito de Masindi, en la región centro occidental de Uganda, donde UNICEF implementó el proyecto para brindar materiales accesibles de aprendizaje para niñas y niños con dificultades visuales y auditivas en escuelas primarias durante tres años.

Cuando ambos finalizaron sus estudios primarios, su tutor los inscribió en la escuela secundaria de Gulu, en el norte de Uganda. Si bien la escuela ya tenía una unidad para estudiantes ciegos desde mediados de la década de los ochenta, esta había sido descuidada durante años. No obstante, ha sido renovada con el apoyo del proyecto conjunto de UNICEF y UNESCO, con financiación de la Alianza de las Naciones Unidas para Promover los Derechos de las Personas con Discapacidad, gracias al que se entregaron ordenadores con software instalado para el alumnado ciego o con baja visión.

Ntakimanye y Drichiru son dos de los 17 estudiantes ciegos o con baja visión de la escuela secundaria de Gulu, que tiene una población de cerca de 500 estudiantes. Cada estudiante ciego o con baja visión tiene acceso a un ordenador portátil para sus proyectos y revisiones. Ntakimanye señala:

“De todas formas, los libros de texto no son suficientes. Necesitamos más”.

Drichiru y Ntakimanye no solo tienen excelentes calificaciones, sino que también son parte del equipo de paralímpicos de la escuela. En los últimos Juegos Paralímpicos nacionales, en el distrito Mpigi de la región central de Uganda, Drichiru ganó la medalla de bronce en la categoría de 400 metros, mientras que Ntakimanye llegó quinto en la categoría de 800 metros.

George Ntakimanye, estudiante ciego de 14 años, usa un ordenador portátil.
UNICEF/2019/De Barbeyrac
George Ntakimanye, estudiante ciego de 14 años, usa un ordenador portátil.

Ambos estudiantes se integraron muy bien en la escuela secundaria, donde han hecho nuevos amigos, si bien siguen en contacto con los docentes de la escuela Kamurasi. “Dígale a la maestra Joy que nos visite, como la última vez”, dice Drichiru, que se muestra muy alegre durante toda la entrevista y al finalizar se inclina hacia atrás y pone cara seria.

Ya no sonríe; algo parece estar molestándola. Inmediatamente, lo dice. “Quiero que mis amigos de Kamurasi trabajen duro y vengan aquí conmigo a seguir estudiando. Aprendí a usar el ordenador y un día seré abogada”. A la velocidad que mecanografiaba su trabajo hace un rato en el ordenador del laboratorio, no hay duda de que podrá revisar una pila de archivos rápidamente para encontrar pruebas y representar a sus clientes.

Jane Drichiru y George Ntakimanye caminando a través de su complejo escolar en Gulu High School.
UNICEF/2019/De Barbeyrac
Jane Drichiru y George Ntakimanye caminando a través de su complejo escolar en Gulu High School.